UN
PEDACITO DEL CAMINO
Después de
nueve meses nos encontramos ante un curso que termina cargado de muchas
experiencias inolvidables. En este momento sentimos una mezcla de emociones,
porque las despedidas por lo general son tristes, y más aún cuando lo hacemos
de estos cinco niños y niñas tan especiales. Cada uno tiene algo único que los
hace ser más especiales del resto.
Hemos tenido
la gran suerte de cruzarnos con estas cinco “personitas” en este largo camino
que es la vida y podemos asegurar que la huella que han dejado no sólo como
maestras sino como personas será difícil de olvidar.
Cómo no
recordar esas caras de cansancio por el duro trabajo, pero aún así poco a poco
fuimos superando todos los obstáculos con sacrificio y entusiasmo.
No todo fue
fácil, de hecho costó levantar el vuelo, fueron muchos los momentos en los que
nos encontramos perdidos sin saber dónde estaba el norte, pero una mirada, un
gesto o una sonrisa hicieron que todo valiera la pena… gracias por enseñarnos a
ver más allá…
De todos los
maravillosos momentos que hemos pasado juntos nos quedamos con sus
inconfundibles risas, sus caritas de emoción y sorpresa, con los abrazos, los
juegos, la esencia de cada uno que les hacen ser único e irrepetible… y que nos
hacen sentir que este es nuestro camino.
No olvidar la
gran labor que hacen esas mamás y papás cada día, que a pesar de lo duro del
camino jamás se rindieron y tiraron la toalla. Su fortaleza es ejemplo a seguir
para todos y todas.
Finalmente a
nuestros cinco… “NUNCA DENTENGÁIS EL VUELO” y feliz verano.
Os queremos,
Vuestras
seños